En un mundo donde el anime se ha convertido en un fenómeno global, la voz de Hayao Miyazaki, cofundador del legendario Studio Ghibli, resuena con una mezcla de nostalgia y crítica. Según Miyazaki, el esplendor que una vez caracterizó al anime ha comenzado a desvanecerse, marcando el fin de lo que muchos consideran su era dorada. Esta perspectiva ofrece una ventana hacia el pensamiento de uno de los creadores más influyentes del medio, quien ha visto evolucionar el anime desde sus inicios hasta convertirse en una fuerza cultural dominante.
Miyazaki, cuyas obras como «El viaje de Chihiro» y «Mi vecino Totoro» han cautivado a audiencias de todas las edades alrededor del mundo, no se limita a una crítica sin fundamento. Su análisis proviene de una profunda comprensión de la industria y una pasión por el arte del anime. A través de sus palabras, se percibe una invitación a reflexionar sobre cómo la industria puede volver a encontrar su brillo, enfocándose en la calidad artística y la originalidad, en lugar de en la producción masiva que a menudo prioriza la cantidad sobre la calidad.
Este llamado de Miyazaki no es un adiós al anime, sino un desafío para la próxima generación de creadores. Es una invitación a innovar y a soñar en grande, recordando que el verdadero arte trasciende el tiempo y las modas. En este sentido, la visión de Miyazaki sobre el estado actual del anime se convierte en un faro de esperanza para aquellos que buscan preservar la magia de este medio, asegurando que su futuro sea tan brillante como su pasado dorado.