La Casa Salvador Dalí de Portlligat, el tercer vértice del triángulo daliniano formado por el Teatro Museo de Figueres y el castillo de Púbol que el pintor surrealista dedicó a Gala, su musa, fue el lugar de residencia de la pareja durante 52 años, exceptuando las temporadas que pasaban al extranjero.
También fue el único taller estable del artista, lugar donde surgieron destacadas obras de la época surrealista como el óleo Retrato de Gala con dos costillas en equilibrio sobre su hombro, de 1934, así como obras icónicas de los años cincuenta y sesenta como El Cristo, Asunta corpuscularia lapislazulina o El descubrimiento de América. Con la muerte de Gala, en 1982, Dalí cerró la casa y se trasladó a Púbol.
Ocho fotógrafos
Las instantáneas fueron realizadas por ocho fotógrafos, entre ellos Oriol Maspons, Melitó Casals ‘Meli’ o Robert Whitaker
La casa taller del artista, del que hoy se cumplen 25 años de la apertura al público de forma definitiva, acoge una exposición de fotografías realizadas entre los años 1930 y 1980 en las que se se puede ver a la pareja y al artista en distintas estancias y espacios exteriores del que fue su hogar durante más de cinco décadas.
Son 19 instantáneas, dos de ellas inéditas, situadas lo más cerca posible de los escenarios donde fueron tomadas, realizadas por varios autores como Batlles-Compte, Melitó Casals ‘Meli’, Juan Gyenes, Oriol Maspons, Pietro Pascuttini, Carlos Pérez de Rozas, Ricardo Sans y Robert Whitaker.
En estas imágenes se puede ver a la pareja en distintos lugares como en la terraza o en la pequeña barraca de pescadores que se convirtió en su refugio tras la ruptura de Dalí con su familia. Ambas son instantáneas de 1931, cuando Dalí tenía solo 27 años.
También aparece el genio pintando en la zona del olivar, una imagen de 1948; enfrascado en la obra Gala Placidia, en su taller, en 1952 o sujetando en 1980 una fotografía de una Gala adolescente.
La exposición, visitable hasta el 30 de setiembre, “quiere dar testigo de la atmosfera que se respiraba en ese lugar cuando Dalí y Gala residían a allí”, según la fundación.
La directora de los museos Dalí, Montse Aguer, explicó esta tarde que las fotografías elegidas para esta exposición, sacadas del fondo de más de 16.000 fotos de la fundación, «muestran la evolución de la casa y al mismo tiempo la evolución de Dalí y de Gala».
Cada imagen va acompañada de un código QR, en el que se reproducen palabras de Dalí sobre Portlligat, que aparecen en algunas de sus obras como la autobiográfica La vida secreta de Salvador Dalí o en Confesiones inconfesables, con las voces de Jordi Boixaderas (catalán y castellano) Rob Paterson (inglés) y Eric Bonicatto (francés).
Por poner algunos ejemplos, en la fotografía de pareja en la terraza, situada en los jardines de la casa con vistas a la bahía de Portlligat, se reproduce uno de los fragmentos de La vida secreta.
Cada imagen se acompaña de un código QR en qué se reproducen palabras de Dalí sobre el universo singular de Portlligat
«…Íbamos a construir los primeros peldaños del método paranoico-crítico; íbamos a continuar aquella bella y trágica faena de vivir juntos, de vivir para la realidad de nosotros dos solos».
En la foto que aparecen en el interior de la barraca, el código QR reproduce una descripción de aquél primer hogar, minúsculo, de 22 metros cuadrados sin electricidad y agua corriente. «Quería que fuese tan pequeña, cuanto más pequeña más intrauterina».
Del Dalí fotografiado junto al palomar, una de las dependencias de la casa, coronado por un huevo y decorado con horcas, Dalí se refiere a estas horcas como «los instrumentos indispensables para mantener en equilibro mi débil noción de la realidad».
Otro de los puntos de parada de la exposición es el Cristo de los escombros, que realizó con distintos materiales de rechazo que el mar trajo a la playa tras una tormenta. Una obra escultórica de 12 metros de largada, con una barca como tronco y una mina de la guerra como cabeza.
La muestra la integran 19 fotos realizadas en 1930 y 1980, dos años antes de la muerte de Gala
«Cuando Dalí habla de esa obra es como si oyéramos a un ecologista la semana pasada», indicó el presidente de la entidad, Jordi Mercader, que añadió que la exposición refleja «lo cotidiano, el humanismo personal y el gran misticismo de Dalí en Portlligat».
Portlligat, situado en pleno Parc Natural del Cap de Creus, fue el lugar al que acudió la pareja en la década de 1930, después de que un joven Salvador Dalí fuera expulsado del núcleo familiar. El detonante fue la inscripción en un dibujo expuesto en una galería de París: ‘A veces escupo por placer sobre el retrato de mi madre’. Su padre no le perdonó la ofensa, lo desheredó y expulsó de casa.
Dalí empezó de cero con Gala. Con la venta del cuadro La vejez de Guillermo Tell al vizconde de Noailles adquirió una barraca de pescadores en la bahía de Portlligat que pertenecía a Lídia Noguer, una pescadera hija de pescadores, convertida en musa de muchos artistas.
El embrión
El embrión de la casa de Portlligat fue una barraca de pescadores de 22 metros cuadrados que Dalí compró a la pescadera Lídia Noguer con la venta de un cuadro
Aquel pequeño espacio, de 22 metros cuadrados, con el paso del tiempo fue objeto de sucesivas reformas y ampliaciones para satisfacer las necesidades creativas de Salvador Dalí.
Con vistas a la bahía de Portlligat y a la isla de Sa Farnera instaló un mecanismo que le permitía pintar grandes telas sentado en su butaca, mientras Gala le susurraba lecturas escogidas para él.
Un edificio que ha ido creciendo
De los 22 metros cuadrados de la barraca inicial se ha pasado a una construcción de 552 metros cuadrados
Aquella barraca es hoy un espacio de 552 metros cuadrados construidos, al que hay que sumar las zonas exteriores, también visitables, como patios y jardines.
El recorrido por la casa permite al el visitante puede ver hasta 3.000 objetos que permiten conocer mejor cómo vivía y trabajaba el artista. Entre ellos, hay obras creadas por el artista, como la instalación El Cristo de los Escombros o las cabezas de Cástor y Pólux, herramientas de trabajo, como pinceles, barnices o paletas, muebles como el icónico sofá-labios o indumentaria, como ropa, complementos o zapatos de diseñadores como Paco Rabanne, Christian Dior o Pierre Cardin, entre otros.
También incluye el palomar, la Torre de las Ollas (una barraca circular que usaba como taller adicional para crear esculturas y como escenario de manifestaciones artísticas efímeras), la barraca Leveroni, el garaje y un mirador ubicado en lo alto de la colina, que cuenta con sillas de seis patas, como la que usaba Dalí, para el descanso de los visitantes.